Anoche los Jazz ganaron en un final emocionante a los Lakers, sin Pau Gasol, Kobe Bryant ni Steve Nash. Derrick Favors anotó a falta de dos segundos y una décima la canasta ganadora (la primera canasta ganadora en su carrera en la NBA). Fue una jugada en la que Hayward penetró y el hecho de que le defendieran tres jugadores (los dos interiores de Lakers más su propio defensor) permitió a Favors anotar sin oposición la canasta del triunfo. El entrenador de Utah, Tyrone Corbin, dijo tras el partido «creo que mostramos que hemos crecido un poco (…) estos son los partidos que los jóvenes tienen que jugar para aprender cómo ganarlos». Matt Harpring durante la retransmisión dijo que para él los Jazz estaban aprendiendo a cerrar los partidos.
Sus compañeros felicitan a Favors tras anotar la canasta ganadora del encuentro con Los Angeles Lakers anoche
Yo discrepo con ese análisis. Creo que faltando cinco minutos y siete puntos arriba, Utah perdió dos balones y falló un tiro, tres posesiones que a otro equipo no se le escapan, para haber cerrado el partido. Con el mejor (y único) anotador de Lakers en el banquillo con cinco faltas (Nick Young), era el momento de haber terminado el encuentro. Sin embargo, le dimos la oportunidad a Lakers de llegar a un final igualado, donde tuvieron sus oportunidades. Dicho esto, es cierto que al final encontramos la manera de ganar el partido, y eso es positivo, pero…
Transcurrido ya más de un tercio de la temporada regular, creo que podemos hacer un análisis de este primer período de la misma. Tras haber comenzado 1-14 y sin Trey Burke (lesionado), ahora estamos 9-23. Desde entonces, tenemos un record de 8-9, que es más representativo de lo que podemos esperar este año en mi opinión. Aunque parece que se ha enderezado el rumbo, creo que hay bastantes cosas criticables por el momento.
En la parte colectiva, y que creo que es lo que históricamente ha distinguido a Utah Jazz, en defensa estamos siendo un coladero (somos la peor defensa de la NBA, con 108.5 puntos recibidos por partido). La defensa del pick and roll es malísima, no hay nunca una segunda ayuda, y siendo la jugada que más se utiliza en la NBA, y con equipos que la usan con maestría (como San Antonio), nos está matando atrás. Las rotaciones defensivas son inexistentes, nunca hay una segunda o tercera ayudas. No se ve sensación de defensa colectiva, ni los jugadores parecen tener instrucciones de qué hacer si su atacante les remonta la línea de fondo, o si un alero desborda desde el lado débil. Puntualmente hemos visto buenas actuaciones defensivas, como por ejemplo el último minuto del partido de ayer, pero más consecuencia de esfuerzos individuales (robos de balón, tapones, rebotes) que de una defensa colectiva coordinada. No veo un esquema defensivo colectivo, no puedo decir cómo es la defensa de Utah, qué permite y qué no. Y esto es enteramente responsabilidad del cuerpo técnico. Seguimos muy abajo en asistencias y rebotes (sextos y quintos peores de toda la liga), pero sí hemos mejorado en balones perdidos, en la mitad de la tabla.
Por lo que respecta al ataque, hay muy poco movimiento de los jugadores sin el balón, solamente vemos los carretones de Hayward o Burks, posteos ocasionales y poco más. La ejecución del pick and roll es bastante pobre, muchas veces ganamos ventaja del hombre que dribla con el balón y no acabamos de penetrar para anotar o luego doblar a otro jugador. Carecemos de un tirador puro que nos podría dar situaciones de ventaja saliendo de bloqueos ciegos o sin balón, Rush podría ser ese jugador, pero en los pocos minutos que ha tenido no ha demostrado fiabilidad.
En la parte individual, Kanter ha bajado sus prestaciones respecto de los años anteriores de forma drástica, lo que ha hecho que también bajen sus minutos en pista (ayer jugó 14 minutos). Sólo tiene 21 años, pero no se puede correr para atrás y pretender avanzar. Hayward ha estado muy irregular, alternando partidos de all-star y otros nefastos. Alec Burks ha sido el salvador del equipo en muchas ocasiones, de hecho está segundo en toda la NBA en minutos jugados en el último cuarto, por detrás de Jamaal Crawford. El jugador que ha marcado un punto de inflexión positivo en Utah ha sido Trey Burke. No solamente porque con él el equipo tiene un record cercano al 50%, sino que hace que sus compañeros mejoren su rendimiento con él en pista. Estos son algunos ejemplos de porcentaje de tiro de campo de Favors, Burks y Jefferson con/sin Burke:
Favors: 59%/46%
Burks: 60%/47%
Jefferson: 57%/49%
Derrick Favors ha mantenido sus prestaciones defensivas y ha mejorado bastante en ataque, anotando cada vez más. Richard Jefferson ha dado más de lo que yo honestamente pensaba en un principio. Y destacar la mejora general de Jeremy Evans, sobre todo en el lanzamiento exterior, intentando demostrar que es mucho más que un saltarín.
Y ahora, como plantea Laura Thompson en su artículo A Jazz fan’s no man’s land, viene el debate sobre si preferimos ganar partidos o ser uno de los peores equipos de la liga para optar a uno de las tres primeras elecciones del draft de 2014. Ella plantea que si no elegimos en uno de los tres primeros lugares en el próximo draft, los Jazz no irán mucho más lejos que en la última década.
Yo discrepo en este análisis. Es evidente que hemos hecho una apuesta de futuro al echar a todos los veteranos y hacer que este año jueguen minutos todos nuestros jugadores jóvenes. Sabemos que Utah es un mercado pequeño, no muy apetecible para estrellas que sean agentes libres. Pero ya tenemos material sobre el que podemos trabajar: Hayward, Kanter, Burks, Burke, Favors, son jugadores que en dos o tres años pueden dar un salto de calidad muy importante. Los dos jugadores más importantes de la historia de los Jazz no son números altos del draft: John Stockton fue el número 16 y Karl Malone el 13. El propio Trey Burke fue número 9 de draft, y es un jugador que en mi opinión puede marcar una época.
Mi conclusión es que no somos tan malos como el inicio de temporada ha mostrado (1-14). Se me ocurren al menos diez equipos en la NBA peores que los Jazz sin lugar a dudas. El equipo tiene un enorme margen de mejora. Y plantearme cálculos de perder a cambio de una de las tres primera elecciones del draft es simplemente suicida. Muchas veces en el deporte la línea que separa el éxito del fracaso es muy muy fina. Estoy absolutamente convencido de que si los dos primeros partidos de la temporada los hubiéramos ganado, cosa que fue perfectamente posible (contra Oklahoma y Houston), no habríamos ganado solamente 9 partidos. Yo soy partidario siempre de intentar ganar todos y cada uno de los partidos. Mi experiencia como entrenador de base durante 17 años me dice que las dinámicas son muy importantes. Y una vez que te acostumbras a perder es muy complicado quitarse ese mono de la espalda, como dicen en América. Al equipo le falta algo, que es estabilidad y regularidad: alternamos partidos muy buenos y muy malos, e incluso dentro del mismo encuentro, rachas muy buenas y desastrosas. Sinceramente, empiezo a dudar que este cuerpo técnico sea el más adecuado para dirigir al equipo. Al contrario que David J. Smith, yo creo que puede que al final de la temporada Tyrone Corbin no siga siendo el entrenador de Utah Jazz. A no ser que en lo que queda de temporada veamos un cambio de timón espectacular.
@thychobrahe